Opinión

Israel 2025: resiliencia, alianzas y la búsqueda de una nueva estabilidad regional en un Medio Oriente volátil

Publicado el 21 de julio de 2025

Escrito por Juan Carlos Suttor en el blog Sin Pelos en la Lengua

 

Mi admiración por Israel viene desde mi juventud, cuando en los 70 leí algunos libros que me marcaron para siempre, que escribió el gran novelista, Leon Uris (1924-2003), estadounidense, hijo de inmigrantes judíos polacos: Exodus, Mila 18, Armageddon, Topaz y QB VII, entre otros.

 

Yendo al tema, a mediados de julio de 2025, la dinámica en Medio Oriente sigue siendo tan compleja como volátil, e Israel continúa navegando un paisaje geopolítico en constante evolución. Los eventos desde el ataque terrorista de Hamás en octubre de 2023 y el enfrentamiento directo con Irán en abril de 2024 y recientemente en 2025 han redefinido prioridades y estrategias, consolidando la resiliencia interna y la importancia de alianzas estratégicas, al tiempo que se abren nuevos frentes de tensión con vecinos como Siria y Líbano.

 

La capacidad de defensa de Israel, extraordinaria pero no infalible al 100%, ha sido, y sigue siendo, un pilar fundamental en su narrativa de seguridad. El éxito casi total en la interceptación del ataque iraní de abril de 2024 demostró no solo la sofisticación de sus sistemas de defensa aérea, sino también la vitalidad de sus alianzas. A más de un año de este incidente, la cooperación militar con Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Jordania ha continuado profundizándose, adaptándose a un escenario donde la amenaza de misiles y drones se ha vuelto más palpable y diversificada.

 

Este fortalecimiento de la interoperabilidad y el intercambio de inteligencia es crucial, especialmente con los recientes acontecimientos en la frontera norte. Hace tan solo unos días, Israel ha llevado a cabo ataques aéreos significativos en Siria, incluyendo objetivos en Damasco y sus alrededores, y cerca de la ciudad de Sweida. Estos ataques se han enmarcado en la política israelí de evitar la consolidación de fuerzas hostiles cerca de sus fronteras y, en particular, en respuesta a la violencia sectaria en la provincia de Sweida, buscando proteger a la comunidad drusa. La situación en el sur de Siria sigue siendo fluida, con el ejército israelí buscando asegurar una zona desmilitarizada y el retiro de fuerzas sirias que habían entrado en conflicto con milicias locales.

 

En la frontera con Líbano, a pesar de un alto el fuego establecido en noviembre de 2024 (y extendido hasta febrero de 2025 con el retiro de la mayoría de las fuerzas israelíes), las tensiones persisten. Israel ha continuado realizando operaciones específicas en el sur del Líbano para desmantelar infraestructura de Hezbolá y evitar su restablecimiento al sur del río Litani. Estos movimientos, que incluyen incursiones terrestres y ataques con drones, han generado acusaciones de violaciones de la soberanía por parte del Líbano, mientras Israel argumenta que son necesarias para contrarrestar las actividades de Hezbolá y sus esfuerzos por reconstruir su arsenal. La Fuerza Provisional de las Naciones Unidas en el Líbano (UNIFIL) ha reportado actividad militar israelí y explosiones cerca de la Línea Azul, subrayando la fragilidad de la situación.

 

La operación militar contra Hamás, iniciada en octubre de 2023, sigue siendo el foco principal de las Fuerzas de Defensa de Israel. A pesar de los significativos avances en el desmantelamiento de la infraestructura militar y de liderazgo del grupo, la complejidad de la guerra urbana y la extensa red de túneles han prolongado el conflicto más allá de las expectativas iniciales. La liberación de los rehenes y la erradicación de la capacidad de Hamás para lanzar ataques contra Israel continúan siendo los objetivos primordiales.

 

El desafío más apremiante a estas alturas del año es la cuestión del "día después" en Gaza. Israel se enfrenta a la presión internacional para establecer un plan claro de gobernanza y reconstrucción, que permita la entrada sostenida de ayuda humanitaria y la revitalización de la Franja. Si bien la visión de una Gaza desmilitarizada y libre del control de Hamás es compartida por la mayoría, los detalles de su implementación y la participación de actores regionales e internacionales siguen siendo objeto de intensas negociaciones y desacuerdos. El éxito en esta fase no solo dependerá de la capacidad militar, sino de una estrategia diplomática y humanitaria robusta que siente las bases para una estabilidad duradera.

 

La dinámica geopolítica regional se ha acelerado considerablemente, ahora con la creciente tensión en las fronteras norte. El ataque iraní de 2024 y la continua campaña contra Hamás han expuesto la amenaza común que Teherán y sus aliados representan para varios países árabes moderados. Esto ha fortalecido los lazos con Israel, impulsando un pragmatismo que podría llevar a una expansión de los Acuerdos de Abraham(*). A julio de 2025, se han reportado avances discretos en la normalización de relaciones con algunos países que antes eran renuentes, motivados por la convergencia de intereses en seguridad, exacerbada por la inestabilidad en Siria y Líbano.

 

Sin embargo, la región también enfrenta nuevas incertidumbres. La situación en el Líbano con Hezbolá sigue siendo un foco de tensión constante, con escaramuzas transfronterizas que amenazan con escalar y la preocupación por una posible extensión de los enfrentamientos. Las negociaciones para un alto el fuego en Gaza impacta directamente la calma en el norte de Israel y las acciones de Hezbolá. Asimismo, la inestabilidad en el Mar Rojo debido a los ataques Houthi ha subrayado la fragilidad de las rutas comerciales y la necesidad de una mayor coordinación de seguridad marítima entre los aliados, complejizando aún más el panorama regional.

 

Más allá de los frentes militar y diplomático, la resiliencia del pueblo israelí sigue siendo notable y admirable. A casi dos años del inicio de la guerra en Gaza y con la persistente tensión en sus fronteras norte, su sociedad ha demostrado una capacidad asombrosa para adaptarse, apoyarse mutuamente y mantener la vida en circunstancias extraordinariamente difíciles. Las comunidades fronterizas, duramente golpeadas, están en un proceso de reconstrucción y regreso. La cohesión social, a pesar de las divisiones políticas internas, ha sido un factor crucial para soportar la presión prolongada de múltiples frentes.

 

En un panorama tan volátil como el de este julio de 2025, estos elementos positivos ofrecen una visión de un Israel que, pese a los desafíos y la constante necesidad de adaptarse a un entorno cambiante y a múltiples amenazas, busca consolidar su seguridad, fortalecer sus alianzas y labrar un camino hacia una estabilidad más duradera en una región turbulenta. La persistencia en la búsqueda de estos objetivos, a pesar de las complejidades, subraya una determinación inquebrantable por un futuro más seguro y próspero.

 

Pero, seamos objetivos, la paz en el Medio Oriente no ocurrirá hasta que los ayatolás en Irán pierdan el poder político y hasta que Hamás desaparezca de Gaza, antes de haber entregado al resto de secuestrados del 7 de octubre del 2023. Yo estoy con Israel, yo estoy con Palestina, estoy en contra del terrorismo islamita que financia Irán.

 

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(*) Los Acuerdos de Abraham son una serie de acuerdos diplomáticos que normalizaron las relaciones entre Israel y varios países árabes, comenzando con Emiratos Árabes Unidos y Baréin en 2020. Estos acuerdos, negociados con la mediación de Estados Unidos, también incluyeron a Marruecos y Sudán.

 

 

 

Fuente: CanalB

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