Por Mariella Balbi, publicado en Expreso
El exjefe de la banda Los Pulpos salió en libertad luego de purgar 17 años de prisión, acogiéndose a los (dudosos) beneficios penitenciarios. Mató a su esposa y acompañante sin piedad. Además, dirigía la sanguinaria banda ‘Los Pulpos’, hoy a cargo de su hijo, por quien se ofrece S/ 500,000 de recompensa. El Poder Judicial lo soltó, dizque de acuerdo a ley. Como siempre, se armó una gran discusión nacional. Estamos sobrepasados por la ilegalidad, la informalidad y el crimen; liberar a este sujeto causa, naturalmente, gran alarma. ¿En qué trabajó el afortunado, qué cursos siguió, tenemos sus notas? ¿Cómo estar seguros de que sí correspondía acortarle la condena? No confiamos en los jueces. Pero ya está afuera. La sufrida policía tiene un problema más porque, probablemente, el susodicho volverá a las andanzas.
Después de bloquear varias carreteras, perjudicando a la población, los mineros ilegales/informales que explotan oro se sentaron a dialogar con las autoridades. El gobierno ha hecho lo debido: retirar del REINFO a 50,000 inscritos que no se formalizaron durante cuatro años. Quedan 30,000; tienen plazo hasta diciembre para formalizarse. Pero la protesta continúa. Han llamado a un ‘paro’ para Fiestas Patrias. Un eufemismo para realizar un desmadre violento que busca la renuncia y/o salida de la presidenta Boluarte. Los mineros ilegales pretenden que les den la concesión de donde están asentados sin mucho trámite. No importa que esas tierras tengan dueño. Tampoco que su actividad no cumpla con el cuidado ambiental. La amenaza es clara: recurrirán a la violencia. No es verdad que las grandes concesiones usufructúen la mayoría de las minas de oro. Poseen el 30 % aproximadamente. La mediana y pequeña minería tienen el resto. Lo peligroso es que los ilegales/informales —mueven $10,000 millones aproximadamente— cuentan con la protección de congresistas vinculados a la extracción de oro. ¡El Legislativo los patrocina! Parte de los mineros ilegales son subsidiarios de Pedro Castillo, ergo, de Movadef y Sendero.
Este difícil y órfico panorama acompañará a Boluarte hasta el próximo 28 de julio. Sus errores —cambiar de funcionarios constantemente, nombrar a personas no idóneas y con antecedentes, la falta de liderazgo, etc.—, ciertamente no la ayudan. En medio de todo esto, escuchar a la fiscal Norah Córdova en Willax es música para los oídos demócratas. Córdova, una magistrada íntegra, qué duda cabe, tiene además credibilidad. Sus declaraciones confirmaron que en el Ministerio Público existe una camarilla —integrada por la Junta de Fiscales Supremos— que entregó la institución al IDL. El fiscal Pablo Sánchez, luego de lo dicho por Córdova —ella lo vivió—, es el cabecilla de esta mafia enquistada en la Fiscalía. Él entregó al IDL los audios de los Cuellos Blancos, un caso que fue puro humo, pero que permitió la captura del Ministerio Público y el Poder Judicial. Peor aún, introdujo el chantaje como estrategia de poder. La consigna de esta organización criminal fue: magistrado que no se comporte, se le publica un audio por estúpido que sea, arruinándole la vida. Mire nomás la acusación fiscal contra el juez Checkley.
Hay que agradecerle a la doctora Córdova por hablar con sencillez, verdad y coraje. La sociedad entera, los medios incluidos, debemos exigir a la ilegal fiscal de la Nación, Delia Espinoza, que investigue esta porquería. Córdova ha jalado el hilo de la madeja.
Fuente: CanalB
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