El presidente del Consejo de Ministros, Ernesto Álvarez, advirtió que Petroperú se encuentra en una situación crítica y que, si el Estado continúa actuando sin responsabilidad financiera, “el Perú se hunde”.
En entrevista con el diario Expreso, el premier señaló que su gestión tiene tres prioridades: una ofensiva frontal contra la criminalidad organizada, garantizar la estabilidad económica y asegurar elecciones pacíficas en 2026.
Álvarez explicó que el primer objetivo del Gobierno es enfrentar la delincuencia en todas sus formas, con énfasis en la extorsión, el sicariato y el secuestro, delitos que —afirmó— se han expandido en todo el país. Sostuvo que no habrá tregua frente a las organizaciones criminales y que el Ejecutivo trabaja para recuperar el control del territorio, en coordinación con las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional.
Respecto a la economía, el premier sostuvo que el Estado no genera riqueza y que el crecimiento solo será posible si se impulsa al sector privado. Álvarez precisó que la reducción de la pobreza necesita más infraestructura, inversión y reglas claras. “El Estado tiene que promover la creación de riqueza de los privados”, indicó, y subrayó que el país arrastra una enorme brecha en ferrocarriles, carreteras, energía y un modelo de descentralización que —afirmó— fracasó.
Ante el corto periodo que le queda al Gobierno, el jefe del gabinete señaló que su meta será “dejar bases” para que la economía se fortalezca en el siguiente quinquenio. Entre los temas clave mencionó flexibilizar el mercado laboral, incentivar la inversión y evitar que la coyuntura política afecte la confianza empresarial. También reiteró que se busca una campaña electoral sin confrontación, donde los ciudadanos puedan informarse y elegir con libertad.
Sobre la corrupción en el sector público, Álvarez sostuvo que el problema radica en la falta de incentivos para actuar con integridad y en un sistema de justicia lento e ineficaz. Aseguró que los funcionarios corruptos encuentran mecanismos para evitar ser investigados o recibir sentencia, lo que envía un mensaje de impunidad y normaliza el delito.
Álvarez concluyó que la ausencia de condenas y la indiferencia social han permitido que la corrupción se arraigue en el aparato estatal. “¿Qué incentivo tiene un funcionario para no robar si cree que no le pasará nada?”, cuestionó. Para el premier, si el Estado continúa actuando sin cambios profundos, la crisis económica y la desconfianza institucional podrían afectar seriamente el futuro del país.
Fuente: CanalB
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