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Hacinamiento carcelario alcanza récord en el Perú y se plantean reformas radicales

Publicado el 26 de noviembre de 2025

El Perú atraviesa la mayor crisis penitenciaria de los últimos 15 años: el número de personas privadas de la libertad llegó a 103.342, pese a que la infraestructura disponible solo tiene capacidad para 41.764 internos. La sobrepoblación —que supera el 147%— ha convertido al sistema carcelario en uno de los más colapsados de la región, con 50 de los 69 penales funcionando por encima de sus límites, según cifras oficiales del INPE.

 

La magnitud del problema contrasta con la lenta ampliación de infraestructura penitenciaria. El último penal construido data del 2016 y no será hasta noviembre de 2026 que entre en funcionamiento un nuevo establecimiento en Abancay, Apurímac. Este centro, que empezó a edificarse en febrero pasado, albergará solo a 785 internos, una cifra mínima frente al ritmo sostenido de crecimiento de la población penitenciaria.

 

En este escenario crítico, la discusión sobre medidas extraordinarias ha llegado al debate político. Algunos aspirantes a la presidencia proponen adoptar modelos como las megacárceles impulsadas en El Salvador o la creación de islas penitenciarias para aislar a los reclusos de alta peligrosidad. Otros precandidatos, en cambio, plantean alternativas enfocadas en infraestructura modular, ampliación de penas y reformas en el sistema de justicia para reducir la prisión preventiva.

 

Sin embargo, especialistas advierten que replicar modelos como el salvadoreño podría resultar inviable en el Perú, tanto por limitaciones logísticas como por el impacto presupuestal y los riesgos en derechos humanos. Señalan que la falta de mantenimiento en penales ya existentes, la escasez de personal y la ineficiencia en la gestión penitenciaria agravan el problema estructural más allá de la capacidad física.

 

La crisis ha colocado al sistema penitenciario en el centro de la agenda electoral. Mientras el país espera la construcción del nuevo penal de Abancay y no se proyectan otras obras en el corto plazo, el aumento acelerado de la población reclusa obliga a repensar políticas de largo plazo ante un hacinamiento que ha alcanzado niveles históricos.

 

 

 

Fuente: CanalB

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