Aaron Salomón
Como era de esperarse, los vándalos de Pedro Castillo atacaron con palos, piedras y botellas a los policías durante la marcha denominada ‘La Toma de Lima’. Fueron unos mil los sujetos a sueldo que se movilizaron en la capital el último jueves, en horario laboral, para rechazar la vacancia del presunto cabecilla de organización criminal y exigir, a su vez, el cierre del Parlamento. Además de atacar a los efectivos, quienes casi no lanzaron bombas lacrimógenas y menos usaron caballos, como sí ocurrió en la pacífica marcha ‘Reacciona Perú’, los seguidores de Castillo golpearon y robaron a varios periodistas. Así sucede cuando la lumpen protesta.
Pero lo más paradójico de todo es que, según reflejaron los videos publicados en redes sociales, los reclamos de los protestantes deberían ser resueltos por el Ejecutivo y no por el Legislativo, porque, como bien conocerá el informado lector de esta columna, las funciones del Congreso son 3: representar, legislar y fiscalizar. En tanto, construir un hospital, colegio, puente o pista es trabajo del Ejecutivo. Contra esta ignorancia es la que tenemos que luchar para no tener más a ignorantes que se venden por un plato de aguadito.
La movilización pro Castillo no fue para nada espontánea, pues varios promotores de esta se reunieron previamente con el profesor rural en Palacio de Gobierno. Sin embargo, ha quedado demostrado que la mayoría del pueblo no apoya al “sindicalista básico” (Guido Bellido, dixit) que afronta serias investigaciones fiscales por varios delitos de corrupción. Al final, los únicos ganadores en esta marcha fueron quienes hicieron su agosto al vender higadito frito a los que se quedaron con hambre después de embutirse su aguadito sin presa.
‘La Toma de Lima’ tampoco fue un evento aislado, sino parte de la maquinaria que desplegó el Gobierno toda esta semana para arrinconar al Congreso. El orate premier Aníbal Torres pidió acudir al Pleno para presentar una cuestión de confianza por un proyecto de ley que deroga, precisamente, la norma que regula el uso de este mecanismo constitucional. Esta intentona de cerrar el Parlamento ya pasó al olvidó, debido a que la Comisión de Constitución mandó al archivo el proyecto y, además, el presidente del Congreso, José Williams, le envió previamente un oficio a Torres, en donde le indica que su solicitud no resulta atendible y le recuerda que el Tribunal Constitucional ya declaró constitucional la ley en cuestión.
Frente a ello, Pedro Castillo afirmó que el Gobierno respondería de manera contundente. No obstante, Castillo no se da cuenta de que es un gobernante precario: cada día está más solo. Si osa patear el tablero, sabrá lo que es verdaderamente el pueblo, y no es esa palabra vacía que repitió como mico durante toda la campaña. Aquí lo esperamos.
Fuente: CanalB
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