Alejandro Sánchez Sánchez, dueño de la famosa casa de Sarratea (Breña), en donde el presidente Pedro Castillo se reunía clandestinamente con funcionarios y empresarios, no pudo ser capturado tras la orden de detención del último martes 11 de octubre.

Según fuentes policiales citadas en un reportaje del dominical Cuarto poder, Sánchez recibió una llamada telefónica que le habría advertido del seguimiento de la Policía y de su detención preliminar.

A Alejandro Sánchez la Fiscalía lo sindica de ser el financista y coordinador de una organización criminal que lideraría Pedro Castillo desde Palacio de Gobierno.

El informe periodístico anotó también que, cuando los policías y ficales ingresaron a la vivienda de Sánchez en Asia, este ya no se encontraba en el lugar, a pesar de que los agentes estaban seguros de que sí estaba ahí.

“Buscaron y buscaron, pero fue en vano. Solo encontraron a dos familiares: su menor hijo y su mamá, la señora Vidalina Sánchez Saldaña”, señala el reportaje.

En simultáneo, los efectivos y representantes del Ministerio Público también intervinieron la casa ubicada en el jirón Sarratea, donde “buscaron en las cocheras y en las habitaciones donde Pedro Castillo y sus familiares durmieron”.

“En la casa encontraron a dos hombres, una señora y su hermana llamada Tania. Buscaron en todos los ambientes, pero ya se sabía que Alejandro Sánchez no estaba ahí”, relata Cuarto Poder. 

Posteriormente, Alejandro Sánchez se pronunció a través de las redes sociales y dijo que no se entregaría a la justicia, dado que no había cometido ningún delito. Además, remarcó que no se acogerá a la colaboración eficaz porque no tiene nada que decir.