El envío de tres destructores lanzamisiles de Estados Unidos frente a las costas de Venezuela ha reavivado los temores de una posible intervención militar para derrocar a Nicolás Maduro. El mandatario venezolano respondió con la movilización de tropas y un llamado al alistamiento en la Milicia Bolivariana, denunciando lo que calificó como un “zarpazo terrorista militar” impulsado desde Washington. La tensión se suma a más de dos décadas de relaciones fracturadas entre ambos países.
La administración de Donald Trump justificó el despliegue como parte de una estrategia para frenar el narcotráfico en el Caribe y evitar que drogas ingresen a su territorio. Incluso, medios estadounidenses informaron sobre la posible llegada de 4.000 marines a la región. La Casa Blanca fue más allá al sostener que el gobierno de Maduro no es legítimo y que opera como un “cartel del narcoterror”, en alusión al llamado Cartel de los Soles, por el que Washington ofrece una recompensa de 50 millones de dólares para capturar al líder chavista.
En Caracas, el anuncio despertó tanto preocupación como escepticismo. Mientras Maduro insiste en que cuenta con el respaldo de 4,5 millones de milicianos para resistir cualquier intento de invasión, voces críticas dudan de esa cifra. “No saco 4,5 millones de votos en la presidencial, ¿cómo va a tener 4,5 millones de milicianos?”, cuestionó el analista Edward Rodríguez, quien además recordó los paralelismos con la caída del exdictador panameño Manuel Noriega.
Analistas internacionales, sin embargo, consideran improbable una invasión. Mariano de Alba, experto en geopolítica, sugirió que el despliegue podría ser más bien una operación de presión psicológica. Señaló que una acción bélica complicaría la posición de Estados Unidos en otros escenarios, como la guerra en Ucrania, mientras que Trump obtendría réditos políticos internos al mostrarse firme ante el “enemigo chavista”.
Para Maduro, el escenario ofrece una oportunidad de reforzar su narrativa de resistencia frente al “imperio yanqui” y cohesionar a sus bases en medio de la profunda crisis económica. Según expertos, la coyuntura también podría ser utilizada para intensificar purgas dentro del chavismo y endurecer la represión contra la oposición, al mismo tiempo que reubica a Venezuela en la agenda de la Casa Blanca y en el debate político estadounidense.
Fuente: CanalB
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