Para la operación de Las Bambas, cada una de las familias que tenía que ser reasentada recibió medio millón de dólares, además de otros beneficios, como puestos de trabajo vitalicios en la mina de cobre.
Sin embargo, las familias ya habrían gastado el dinero que se les entregó, tal como declararon algunos de los pobladores de Fuerabamba para la agencia Reuters, por lo que ahora se arrepienten de haber vendido sus tierras.
Para algunos especialistas que han trabajado con el Ministerio de Energía y Minas como Pablo O’Brien, las actuales protestas de las comunidades, que invaden la propiedad de la empresa MMG Ltda., constituyen un acto de extorsión abierta.
Sobre la expansión de la mina y la construcción del nuevo tajo llamado Chalcobamba, el presidente de Fuerabamba advirtió que cualquier intento de retomar las operaciones de producción de cobre serían tomadas como una provocación y se produciría una escalada de violencia.
Fuente: CanalB
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