Política

Nuestro Perú en caída libre, por Juan Carlos Suttor

Publicado el 20 de mayo de 2022

Ausente de mi blog desde hace más de dos meses, tratando de desintoxicarme un poco del tema político, tratando de leer menos diarios, de ver menos noticias y de ver menos los posts de los grupos de WhatsApp, donde muchas veces se ponen "Fake News", que tanta confusión generan, aunque nunca desvinculándome de la grave situación que viene atravesando nuestro querido Perú. Finalmente, la salud terminó afectándose y terminé medicado con ansiolíticos para contener la ansiedad. Pero acá estamos de nuevo, porque hay que seguir en la lucha, cada uno desde nuestra trinchera.


Lo cierto es que el G2, el principal organismo estatal de inteligencia del Gobierno de Cuba está infiltrado en el Perú, liderado por el embajador de Cuba en Perú, Carlos Rafael Zamora, más conocido como el "Gallo" Zamora. Este individuo y su esposa Maura Juanperez tienen el rango de coroneles dentro de la Dirección de Inteligencia cubana. El G2 se dedica a reclutar agentes que brindan información para influir y penetrar gobiernos y desestabilizarlos a favor de los intereses del régimen de La Habana.


¿Alguien tiene alguna información acerca de los médicos cubanos que llegaron al Perú en setiembre 2020 gracias al lagarto Martín Vizcarra, con la excusa de colaborar con la pandemia del COVID-19? No seamos ingenuos.


Lo cierto es que el G2, así como la maquinaria del sentenciado Vladimir Cerrón, líder del partido Perú Libre, siempre mejor organizados que los liberales que representamos a la derecha y centro derecha, sin dejar de mencionar a una cada vez mayor prensa irresponsable y metalizada, vienen cojudeándonos con temas que, sin dejar de ser importantes, no son los más urgentes.


Todos venimos comentando acerca de la vacancia, de la nueva constitución, del tema Sarratea, de Bruno Pacheco, de Karelim López, de los sobrinísimos, de Zamir Villaverde, del caso Petroperú, de la tesis trucha de Pedro Castillo y su esposa, así como del triste papel de César Acuña y su desprestigiada Universidad César Vallejo, inexplicablemente avalada por la SUNEDU; la trafa hecha en las últimas elecciones, con la venia del JNE, el RENIEC y la ONPE, de lo cual puedo dar fe y a atestiguar si fuera necesario, o los consejos de ministros descentralizados, que sabemos que solo son discursos de campaña, sin actas ni nada y menos aun considerando el costo que significan de nuestros impuestos.


Mientras los comunistas nos distraen con estos temas que, reitero, son importantes y que los manipulan muy bien, los liberales, seguimos discutiendo sobre el candidato para el 2026, que no existe, cuando lo realmente urgente, hoy, son las elecciones regionales, provinciales y distritales que tenemos ad-portas, en el mes de octubre.


En paralelo, el gobierno, sin ninguna vergüenza, va copando todos los ministerios e instituciones del Estado con incapaces, miembros de Perú Libre o allegados a Vladimir Ladrón, como el grupo conocido como "los niños".


Hace unos días se publicó en algún medio que el partido del lapicito era el único que tenía candidatos en prácticamente todas las regiones, provincias y distritos, muy probablemente con la ayuda de los cuestionados JNE y ONPE.


Es de suponer que la gente de Vladimir Cerrón, al igual que en la primera y segunda vuelta de las elecciones presidenciales del 2021, viene entrenando a un ejército de personas, pagadas, para ser personeros de mesa, con el evidente propósito de manipular las actas en mesa. Asimismo, constituir supervisores por zonas para influir y bonificar a personas que abrirían las mesas en reemplazo de los miembros de mesa que no se presenten o lleguen tarde a la apertura de la mesa de votación.


Tampoco podemos esperar nada si es que las autoridades del JNE y la ONPE no han sido reemplazadas por gente decente.


Mientras tanto la derecha y centro derecha, seguimos discutiendo y lamentándonos en cocteles, reuniones o grupos de WhatsApp, acerca de la crítica y lamentable situación que está sufriendo el Perú. Y, además, creando decenas de colectivos, ONG, asociaciones y otros que, en lugar de unirse por el bien del país, por el futuro de nuestros hijos y nietos, se dividen y atomizan en busca de su cuota de poder. Leamos a Jorge Basadre, es nuestra historia republicana.


Del Congreso no podemos esperar mucho. Gracias al lagarto Vizcarra que eliminó la oportunidad de la reelección, hemos perdido a muchos pesos pesados que estarían dando cátedra. Hoy, si bien tenemos un grupo importante de buenos congresistas, lamentablemente no son la mayoría, gracias al jardín de infantes comprado por el Ejecutivo. Destaco el trabajo de la presidenta del Congreso, señora María del Carmen Alva, una mujer valiente y decente, injustamente maltratada en las encuestas, pero es quien, representando a un grupo mayoritariamente de ineptos y delincuentes, ha sabido ponerle el ¡PARE! a este gobierno marxista leninista, maoísta, pensamiento Gonzalo.


De nuestras Fuerzas Armadas tampoco podemos esperar mucho, pues han sido muy maltratadas por el Estado, la CIDH y nuestro sistema judicial, entre otros. Ahí están como ejemplo los juicios interminables en los que se vieron involucrados quienes participaron en la represión del amotinamiento de los presos acusados de terrorismo recluidos en las prisiones de San Juan de Lurigancho, El Frontón y en la cárcel de mujeres de Santa Bárbara en 1986 y a los héroes que participaron en la operación Chavín de Huántar en abril de 1997. Honor y gloria a todos ellos, muy especialmente al almirante Luis Giampietri.


La renuncia de Pedro Castillo parece imposible porque cuando el comunismo llega al poder no lo suelta y ahí están como ejemplo Cuba, Venezuela y Nicaragua. La vacancia por incapacidad moral tampoco se ve probable, así encuentren al habitante de Palacio de Gobierno violando a una niña, porque tiene a buena parte del Congreso comprado. Me queda la esperanza de la denuncia constitucional contra Castillo por el presunto delito de traición a la patria, pero está caminando muy lenta, gracias a la desidia del congresista de Acción Popular, Wilson Soto.


Lo reitero una vez más, no creo en las marchas pacíficas sin un líder, como si lo fue Mario Vargas Llosa en 1989 con el Movimiento Libertad, que sí unió a toda la derecha, aunque respeto a quienes eligen asistir con su camiseta de la selección peruana y son felices tomándose selfies.


El día que se organice una marcha con el objetivo de tomar Palacio de Gobierno para sacar al residente de turno y colgarlo de un poste de la Plaza Mayor, cual Mussolini, pueden estar seguros de que estaré en primera fila.

 


Escrito por Juan Carlos Suttor
Director de la Asociación Iberoamericana para el Desarrollo, Libertad y Democracia

 

 

 

Fuente: CanalB

Noticias relacionadas

Escribe un comentarios
Últimas publicaciones