Estamos a pocos días de las elecciones municipales y regionales. Estos comicios son, tal vez, de los más importantes que se han llevado a cabo en las últimas décadas. Por eso, es importante que los peruanos salgan a votar bien, para evitar más impresentables e incapaces en funciones públicas.
La democracia nos permite elegir a nuestros líderes, pero parece que los peruanos se han olvidado que los derechos, también, vienen con deberes. Estos deberes son, principalmente, informarse. Un ejercicio que no debería ser una tarea, sino, más bien, una parte de nuestras rutinas. La búsqueda del conocimiento debería tener un carácter competitivo, como sucede en los deportes, pero hoy parece relegada a unos pocos.
Los peruanos somos intelectuales periódicos. Cada cinco o cuatro años, nos apuramos en aprender todo lo que podamos, en las semanas previas a las elecciones. Pero es imposible. Solo logramos acariciar la superficie de la iluminación, para luego dejarla ir, sin reparos, por un lustro más. Como si quisiéramos deshacernos de esa responsabilidad, olvidándonos que el compromiso democrático es permanente y no esporádico, y que de él deviene el futuro del país.
Lo que es peor es la confianza que se le otorga a personas que, muchas veces, no tienen el sustento para hablar de política. En una época de TikTok, donde la fama que se consigue de la noche a la mañana se confunde con reconocimiento intelectual, todo el mundo puede dar su opinión. La libertad les permite, a quien lo desee, expresar sus sentimientos, pero, nuevamente, la responsabilidad de la audiencia brilla por su ausencia. ¿Le pedirías consejo financiero a un zapatero? Probablemente no. Entonces, ¿por qué estás escuchando la recomendación política de un actor o de un futbolista?
La recta final está entre dos. Los números lo dicen así. Pero para un grupo mediático la carrera está por definirse entre 3. Esto quedó demostrado en las portadas de estos diarios, que se esfuerzan en levantarlo, cual muerto viviente. Además, en el último debate, el candidato de la caviarada no fue ni acariciado por los periodistas, a pesar de tener denuncias por agresión y otras 16 más, que, en su mayoría, son de su trunco mandato por La Victoria. Los dos que están arriba, por su parte, recibieron ataques directos.
En conclusión, si no estamos contentos con el actual Gobierno Central, lo más lógico sería votar por quienes se oponen a él con más ahínco. No apoyar a partidos que han sido cómplices de Castillo, ya sea antes o durante este infame Gobierno.
Fuente: CanalB
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