Lo cierto es que enterarnos de las noticias en los diarios y cualquier otro medio, con respecto a nuestro acontecer nacional, se vuelve cada día una pesadilla, masoquismo o un castigo por algo que no hicimos bien. Imposible hacerlo sin haber tomado una pastilla de Gravol o similar antes.
Solo por mencionar algunas de las de la semana pasada están las 12 investigaciones que acumulan Pedro Castillo y su entorno, entre las que se incluyen la que hace el Fiscal de la Nación al presidente como presunto líder de una mafia que favorecía a empresas que apoyaron su campaña, el caso Puente Tarata, el plagio de la tesis de maestría junto con su esposa, el tema de los ascensos en las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional del Perú, el escándalo de Petro-Perú, las presiones a la SUNAT de Bruno Pacheco, exsecretario del Despacho Presidencial para favorecer a algunos "amigos", los 20 mil dólares encontrados en su baño, el escándalo Sarratea, entre otros más.
Está también el interminable cambio de ministros prontuariados e ineptos (un cambio cada 9 días en promedio), sin conocimiento de sus sectores (creo que, con la única excepción del sacrificado ministro de Economía y Finanzas, señor Oscar Graham); los sobrinos prófugos, los irregulares ingresos por la residencia del Palacio de Gobierno, el copamiento de los ministerios y entidades públicas por la gente de Vladimir Ladrón; la payasada de los Consejos de ministros descentralizados que no conducen a nada, pero si generan muchísimo gasto, pagado con nuestros impuestos; el escándalo de la vicepresidente Dina Boluarte con el tema de RENIEC y luego con el Club Departamental Apurímac, sin dejar de mencionar su patética y vergonzosa participación en el reciente Foro de Davos.
Tampoco puede dejar de mencionarse que en mayo hemos tenido la inflación más alta de los últimos 24 años, afectando como siempre a los más pobres; el audio difundido por Phillip Butters en su programa de Willax acerca de la entrega de "cien grandes" al exministro de Transportes y Comunicaciones Juan Silva, ni la impericia, ineptitud y desinterés del gobierno para imponer la ley y el orden en Las Bambas, Cuajone y otras operaciones mineras, o el silencio de más de 100 días que tiene Castillo con la prensa, incapaz de expresar una frase coherente.
Todo esto, en poco más de diez meses.
Por supuesto, la versión del gobierno es que en 200 años no se ha hecho nada por el país, siendo don José de San Martín, Simón Bolívar, todos nuestros próceres de la independencia, todos nuestros héroes y todos los gobiernos de nuestra era republicana, los responsables de la situación de descalabro en la que nos encontramos.
Mientras tanto, los ciudadanos (nunca diré esa huachafada de "ciudadanos de a pie"; tampoco me considero "pueblo" y menos aún "hermano" del presidente, somos los silenciosos e inútiles testigos de todo este caos, de todos estos escándalos.
El Congreso, aunque ha sido un freno al Ejecutivo, no ayuda mucho, pues no tiene ni la voluntad ni los votos para vacar al ladrón. Es más, le sigue dando permisos para viajar al exterior para avergonzar a todos los peruanos decentes, que somos la mayoría. El Ministerio Público, el Poder Judicial y la Junta Nacional de Justicia están plagados de corruptos, al igual que el RENIEC, el Jurado Nacional de Elecciones y la ONPE.
Lamentablemente tampoco podemos contar con las Fuerzas Armadas, pues han sido y siguen siendo muy maltratadas por la CIDH, el Poder Judicial y una multitud de ONGs de izquierda. No puedo negar que me encantaría ver algunos tanques entrando a Palacio de Gobierno para capturar y deportar a Cuba, Venezuela o Nicaragua, a todos los delincuentes que hoy lo habitan. Sospecho que Bruno Pacheco y los sobrinísimos están bien resguardados en esa cueva de ladrones en que se ha convertido nuestro Palacio de Gobierno.
Los gremios empresariales como IPAE, CONFIEP, SNI, ADEX, ASBANC y otros están prácticamente mudos, lo mismo que los colegios profesionales (que no se para que sirven, salvo para sacarle plata a sus miembros, sin aportarles nada).
¿Qué hacer? Con todo el respeto y consideración que me merecen quienes impulsan las marchas y participan en ellas con mucho entusiasmo, aunque sin mostrar ninguna indignación y por supuesto, sin un claro liderazgo. ¿Seguirán con ellas, poniéndose la camiseta de la selección, tomándose selfies para el Instagram o el Facebook? ¿Se ha logrado algo? ¿Cómo fue la marcha del último sábado? ¿Algo ha cambiado?
Como lo mencioné en mi último artículo, cuenten conmigo y estaré en la primera fila, si el objetivo es tomar Palacio de Gobierno para sacar con las patas por delante y tiesas a toda esa gavilla de ladrones comunistas.
Resulta increíble que nuestra Constitución Política y la inmensidad de leyes que tenemos en nuestro país blinden a todos estos ladrones y sinvergüenzas, sin que la gente decente, los patriotas, podamos hacer nada para sacar a esta pandilla de delincuentes, que en poco más de diez meses ha destruido gran parte de lo que se construyó en los últimos 30 años. Ojo que no estoy planteando ningún cambio de constitución.
Tal vez me equivoque, pues en política pasa cualquier cosa. Creo que, lamentablemente, tocará la ruta larga: Primero, la destitución e inhabilitación de la señora Dina Boluarte, con lo que el presidente se quedará sin vicepresidente y por lo cual, felizmente, estará impedido de salir del país, tal como sucedió con el Lagarto Vizcarra. Durante este proceso seguirán destapándose escándalos que debilitarán más aún a Castillo, lo cual lo forzará a renunciar si tiene algo de vergüenza o, si el Congreso asume su responsabilidad con el país y lo vaca por incapacidad moral, ya ampliamente comprobada.
Para esto, ya la Mesa Directiva del Congreso habrá cambiado y todo apunta a que será presidida por APP, el partido de César Acuña. El o la presidente del Congreso estará encargado de dirigir el país por unos meses mientras se convoca y realizan nuevas elecciones presidenciales o generales. Este último punto aún no está claro y el Tribunal Constitucional ya debería estar trabajando en esta definición, actuando de oficio. En mi humilde opinión deberían ser elecciones generales.
Los candidatos de APP para presidir el Congreso y eventualmente encargarse de la presidencia del país son Lady Camones, Eduardo Salhuana, Héctor Acuña (hermano de César) y también están la doctora Gladys Echaíz y el general Roberto Chiabra, ambos invitados del partido, no miembros y, por lo tanto, con menos posibilidades lamentablemente, porque son lo mejor que tiene esa bancada.
¿El Perú por unos meses en manos de "plata como cancha"?
Sin duda los meses de junio y julio estarán muy movidos. Que Dios nos ayude.
Escrito por Juan Carlos Suttor
Director de la Asociación Iberoamericana para el Desarrollo, Libertad y Democracia
AIDLD
Fuente: CanalB
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