Opinión

¡Tierra de gigantes!; por Augusto Cáceres Viñas

Publicado el 01 de septiembre de 2025

Por Augusto Cáceres Viñas

 

No cabe duda de que el Perú ha dado a luz a grandes y portentosos personajes que constituyen los pilares de nuestra nación. Sobre ellos se sostiene, con pétrea firmeza, la Peruanidad, que es al mismo tiempo el cuerpo y el espíritu de nuestra identidad nacional.


Curiosamente, tres de esos gigantes están ligados al mes de agosto: en él nacieron, murieron o realizaron acciones extraordinarias que marcaron la historia del país.


Santa Rosa de Lima (Isabel Flores de Oliva) falleció en agosto de 1617. Fue canonizada el 30 de agosto de 1670, hace más de 350 años, y reconocida como la primera Santa del Perú, América, las Antillas y Filipinas.


Don Ramón Castilla y Marquezado, sin duda el más grande de nuestros presidentes y el único estadista pleno de nuestra historia republicana, nació un 31 de agosto de 1791, hace ya 234 años.


El pueblo de Tacna, a través de la benemérita Sociedad de Auxilios Mutuos de Señoras de Tacna, fundada en 1897, encarnó con esfuerzo titánico e inquebrantable tesón la resistencia contra la cruel ocupación chilena. Tras casi medio siglo de invasión y un persistente —pero fallido— intento de chilenización, consiguieron lo impensado: el retorno de Tacna al seno de la patria.


Una santa, un estadista y un pueblo heroico: tres máximos exponentes de lo que significa ser peruano, tres columnas de la Peruanidad.


Santa Rosa, con tan solo 31 años de vida, entregó su existencia al amor a Dios y al prójimo, dejando un legado de milagros que asombraron al Perú y al mundo. Ramón Castilla dedicó su vida al servicio de la nación, no solo en el campo militar, sino también en la organización del Estado. Bajo su liderazgo, en la década de 1850, el Perú se convirtió en el país líder de América y destacado en el mundo. Murió a los 69 años, fiel a su vocación de seguir sirviendo al Perú.


Y cuando no es una sola persona, sino todo un pueblo, el que se niega a rendirse y mantiene vivo su amor por la patria, logrando que nuestra bandera, nuestro himno y nuestra historia se impongan tras 50 años de ocupación, persecución y amenaza de anexión, entonces comprendemos que los tacneños son dignos herederos de Santa Rosa y Ramón Castilla.


Este agosto, la vida, las obras y el ejemplo físico y espiritual de estos tres gigantes nos iluminan. Son faros para millones de peruanos que, en silencio, seguimos construyendo la Peruanidad.


Porque mientras los mediocres y sinvergüenzas han asaltado el poder y muchas de las instituciones del Estado, millones de peruanos, día a día, durante años y décadas, se esfuerzan sin reclamar nada, entregando amor, trabajo, cobijo y hasta la vida misma por sus hijos, sus familias y el Perú. A pesar de que en las cumbres del poder algunos buscan servirse de la nación solo para su beneficio, vanidad y boato, la gran mayoría trabaja sin desmayo y sin cuartel, quizá sin advertirlo, engrandeciendo la patria.


El Perú es tierra de gigantes. Es imprescindible que lo sepamos, lo interioricemos, lo enseñemos y lo difundamos. Santa Rosa, Ramón Castilla y el pueblo de Tacna nos lo muestran con claridad.


Renovemos, entonces, nuestra fe y nuestro espíritu en la grandeza del Perú. Cuando más peruanos lo sintamos así, menos nos dividirán las diferencias y más nos unirán las coincidencias. Solo así podremos dejar atrás la fragmentación que hoy nos paraliza como nación.


Que la devoción de Santa Rosa nos ilumine, que el patriotismo y la capacidad de servicio de Ramón Castilla nos guíen, y que el tesón y el amor a la patria de los tacneños nos inspiren a todos en la tarea de alcanzar la grandeza del Perú.


 

 

Fuente: CanalB

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