El Salvador alcanzó 283 días sin homicidios en lo que va del 2025, superando el registro previo de 280 días logrado en 2024 y posicionándose como el año con más jornadas libres de asesinatos en más de tres décadas. Así lo destacó el analista Juan Carbajal, quien recordó que el país centroamericano se encamina a cerrar su menor cifra anual de homicidios desde 1994, convirtiéndose en un caso sin precedentes en la región.

 

Los datos históricos muestran un cambio radical. En 1994 se registraron 7.673 homicidios y en 1995 la cifra creció a 7.977, niveles que se mantuvieron elevados durante los años siguientes, con picos sucesivos que reflejaban la persistencia del crimen organizado y las pandillas como principal factor de violencia. La tendencia comenzó a retroceder lentamente, pero fue después de 2015 —año en que se contabilizaron 6.656 asesinatos— cuando la caída se volvió sostenida hasta llegar al panorama actual.

 

La reducción es aún más significativa si se compara el número de homicidios por cada 100 mil habitantes. El gráfico adjunto consigna que en 1994 la tasa alcanzaba 134,3, mientras que en 2015 llegó a 107,6. Desde entonces, el descenso ha sido continuo hasta ubicarse en apenas 0,9 en 2025, una cifra prácticamente inédita para un país que durante años encabezó la lista de naciones más violentas del mundo.

 

El 2023 ya había marcado un punto de inflexión con solo 114 homicidios y una tasa de 1,9 por cada 100 mil habitantes, registros que continuaron reduciéndose en 2024 —con 60 homicidios totales y una tasa de 0,4— y que vuelven a romper récord en 2025. Con 283 días sin asesinatos y un promedio de casos mínimos frente a décadas anteriores, el escenario refleja una transformación profunda del panorama de seguridad interna.

 

Si se mantiene la tendencia, El Salvador cerrará el 2025 con el registro más bajo de homicidios en 32 años, consolidando una curva descendente sin comparación previa en su historia reciente. El nuevo récord plantea interrogantes sobre los factores que permitieron el cambio y las condiciones necesarias para sostenerlo en el tiempo, mientras los datos siguen evidenciando un giro drástico en la realidad criminal del país.