Fuente: EL REPORTE
En octubre de 2020, Gladys Echaíz, que se presentaba en público como invitada de Alianza para el Progreso, aseguró encontrar “coincidencias” con César Acuña. Un año y nueve meses después, la exfiscal, ya como congresista, renunció a la bancada por “razones de conciencia”. La relación se habría desgastado por varios motivos. Entre estos, el viraje no tan sorpresivo del movimiento apepista hacia el progobiernismo. Llegó con la lanza de la oposición, pero se bajó a mitad de camino y fue uno de los primeros equipos, con Eduardo Salhuana como vocero a la cabeza, que dio su venia a la nueva administración de Pedro Castillo en el mismo despacho informal de Sarratea. La única salida era el Congreso. Y al ver que las competencias en la mesa directiva eran ínfimas, Echaíz saltó a la palestra como alternativa para la nueva legislatura. Sin embargo, pasó de ser la número uno en la lista congresal a la integrante anónima. Fue descartada y apartada en señal abierta. Contó, incluso, que Acuña ni siquiera le contestaba las llamadas y que las interacciones eran mediante intermediarios.
Para las últimas elecciones congresales, César Acuña, más espabilado para proyectarse que para la oratoria, había capitalizado los antecedentes de Gladys Echaíz. La puso como número uno de la lista. Era como una profilaxis para un partido que tenía un entorno con graves acusaciones. La exfiscal hizo eco desde el día uno que su principal aspiración era mejorar el sistema de justicia y que en esto concordaba con el dueño de la universidad de la raza distinta. Sin embargo, el concepto de la justicia entre ambos fue tomando distintas connotaciones y se fueron alejando del punto en común.
El martes 7 de diciembre del año pasado se debatió en el Congreso un intento de moción de vacancia contra Pedro Castillo. Esto no procedió. La votación fue de 76 en contra, 46 a favor y 4 se abstuvieron. Entre los que aprobaron esta iniciativa fueron los invitados a APP: Gladys Echaíz y Roberto Chiabra. Esto distó de su bloque que había marcado en contra. Esta autonomía fue como una estocada para César Acuña, quien dijo dos días después que si ambos fueran militantes, los hubiera expulsado.
Solo un mes antes el gobierno de turno había escogido como secretario general de Palacio de Gobierno al apepista Carlos Jaico. Frente a esto, Vladimir Cerrón adelantó un posible “co-gobierno Acuña-Castillo”.
Este 2022 se inició la presentación de los candidatos a la mesa directiva. APP tenía la carta mayor por el acuerdo del año pasado para que presidan la administración del Parlamento. Las opciones fueron trascendiendo: Gladys Echaíz, Eduardo Salhuana, Lady Camones y Roberto Chiabra. Un grueso de congresistas dio su venia a la primera. A pesar de ello, César Acuña terminó oscilando entre Salhuana y Camones, aunque el vocero se convirtió en el más mediático y la segunda pasó de la impolutez al sacrilegio por un audio filtrado. Echaíz intentó comunicarse con el mismo líder de APP, pero este ya no le respondía las llamadas.
La exfiscal ya tenía decidido renunciar a Alianza para el Progreso en abril de este año. Solo estaba esperando una posible restauración de las ideas entre los que negociaron su ingreso a este partido. Esto no sucedió. La última semana presentó su dimisión. Previamente, bancadas como Renovación Popular, Avanza País y Fuerza Popular le expresaron su interés en tenerla en sus filas. Las dos primeras ofertas serían las que estaría evaluando. El grupo de Aliaga la quiere como invitada “especial” y como integrante de la fórmula para la mesa directiva. Mientras que en el partido azul, la congresista Patricia Chirinos le propuso sumar un grupo de mujeres para que llegue a dirigir la administración congresal. A esta última asociación también fue invitada Patricia Juárez, de Fuerza Popular.
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