Desde hace cinco años, desde octubre del 2017, el Perú asiste con estupor a un sórdido enfrentamiento entre el poder ejecutivo y el legislativo. Desde esa fecha, en la que Pedro Pablo Kuczynski por ese entonces presidente constitucional de la República se negó a recibir a una comisión investigadora del congreso por el caso denominado lavajato, los peruanos nos hemos visto involucrados en una tragicomedia de las equivocaciones políticas, de los políticos y de sus partidos, por no solo tener, retener, o quitarse el poder, sino por intentar enlodarse y destruirse los unos a los otros en una suerte de eventos desafortunados, que de manera insensata los políticos de ese momento desencadenaron y que persiste hasta la actualidad, con igual o mayor intensidad.
Es importante señalar que, en la trampa de esa insensatez desencadenada en ese entonces, cayeron todos los involucrados, aquí no hay inocentes, porque todos son culpables; de una total inconsecuencia y sobre todo de una absoluta carencia de sentido común.
Lo que vino después todos lo conocemos y vivimos; en su necia pelea por destruirse y arrebatarse el poder los políticos de ayer y hoy nos fueron involucrando a todos los peruanos, intentando y en muchos casos logrando arrastrar a muchos peruanos en su insensatez.
Los actores principales del sainete politico peruano fueron pasando; PPK, Keiko Fujimori, Vizcarra, Merino, Sagasti y Castillo, y la torpeza de cada uno de ellos se fue incrementando de manera exponencial en directa proporción al paso del tiempo.
En este artículo no juzgare quien le ha hecho más daño a la salud moral de la nación, o quien es peor que el otro como gobernante, político, dirigente y ser humano. Lo cierto es que cada uno de ellos tiene su enorme cuota de responsabilidad en la debacle política, social, económica y moral de la República.
Lo absurdo del comportamiento de cada uno y de todos ellos, sus satélites, socios políticos, adherentes, cercanos colaboradores, y en algunos casos cómplices, es el de buscar, propiciar y querer, a toda costa, que el resto de los peruanos nos adhiramos a su manifiesta necedad; la del enfrentamiento, la discordia, la incitación al odio, la revancha, y la enemistad.
El papel de alguna prensa y medios de comunicación en todo este infausto quinquenio de caos político, también ha sido nefasto cuando empezaron a tomar partido por alguna de las inconsecuentes posiciones de los grupos en disputa.
Lo que debemos interiorizar es que, en esta disputa, por quien destruye mas rápido y con más intensidad a nuestra patria, a cargo de los grupúsculos que gobiernan hoy el Perú y de los mediocres dirigentes políticos de los partidos dentro y fuera del parlamento y ejecutivo, las necesidades reales de todos los peruanos no les importan, absolutamente, para nada y, por lo tanto no debemos ni podemos seguirles el juego perverso en el que ellos y solo ellos están involucrados por su insensatez.
La hora de la sensatez es el momento y circunstancia en la cual la razón se impone sobre la irracionalidad, la cordura sobre la insania, la armonía y el entendimiento sobre la violencia y el sentido común sobre la sin razón.
Hoy, debemos entender con claridad que los pleitos y disputas de los Cerrón, Humalas, Veronicas, Acuñas, Lunas, Alvas, Lopez, De Soto, Fujimoris, y antifujimoris, Sagastis, Vizcarras, Castillos, Boluartes y sus cómplices, Bermejos, Bellidos, Chavez y del resto de mediocres políticos peruanos, no son nuestras . Debemos comprender que ellos buscan involucrarnos en sus cuitas solo para aprovecharse de nosotros, y es imperativo saberlo para no caer en su mísero juego.
La hora de la sensatez es la de los lideres que busquen nuestras coincidencias y no nuestras diferencias, nuestras similitudes, nuestro compromiso para con el Perú en su totalidad e integridad, que una y no divida, que construyan sobre lo construido sin destruir, que busquen la armonía y no la violencia, que entiendan a todos y no solo a los que piensan como él, y para quien la opinión de los demás sea tan o más importante que la suya.
No podemos seguir en esta vorágine insensata que solo nos mantendrá en el atraso y el subdesarrollo.
La hora de la sensatez es hoy, empecemos todos juntos a trabajar con ella por el bien del Perú y los peruanos.
Lima, 12 de noviembre del 2022
Augusto Cáceres Viñas
Fuente: CanalB
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