La Junta Nacional de Justicia decidió mantener en su cargo a su presidente, Gino Ríos Patio, luego de que en una votación interna cuatro de los seis miembros rechazaran su salida. Solo dos magistrados apoyaron la destitución, lo que aseguró la continuidad del funcionario pese a las denuncias presentadas en su contra.

Las acusaciones habían sido impulsadas por el Instituto de Defensa Legal (IDL), a través de la abogada Cruz Silva, y por las congresistas Susel Paredes y Flor Pablo. Sin embargo, durante el proceso se incorporaron peritajes psicológicos y forenses que descartaron la existencia de violencia contra la exesposa de Ríos, un punto determinante para frenar el intento de vacancia.

Uno de los documentos centrales fue elaborado por el Instituto de Medicina Legal, en el marco del proceso de divorcio. La psicóloga Irma Torres León concluyó que la expareja de Ríos presentaba una “reacción ansiosa situacional moderada asociada a conflicto conyugal”, pero sin indicadores compatibles con violencia doméstica. Esta conclusión debilitó los argumentos de quienes pedían su salida.

La defensa de Ríos Patio sostuvo que el diagnóstico no se encuentra dentro de los parámetros que la Ley 30364 establece como violencia contra la mujer y cuestionó los intentos de convertir un proceso de divorcio en un caso penal. Finalmente, en la votación solo Francisco Távara y Germán Serkovic se pronunciaron a favor de la destitución, mientras que María Cabrera, Jaime de la Puente, Víctor Chanduví y Cayo Galindo respaldaron la permanencia del magistrado.

Aunque la decisión asegura su continuidad, el debate dejó en evidencia la presión política y mediática sobre la JNJ. Los impulsores de la vacancia argumentaron que la salida era necesaria para resguardar la imagen institucional, pero no lograron el respaldo suficiente. Con este desenlace, Gino Ríos Patio seguirá presidiendo la Junta en medio de un ambiente de cuestionamientos y divisiones.