Pedro Castillo encontró un atajo para filtrarse en la Derrama Magisterial: la presidencia. El decreto supremo que advirtió el último jueves 7 de junio, se oficializó un día después, a través de las normas legales. Además de atentar contra la autonomía de una entidad privada, el jefe de Estado, según dijo, toma las riendas para supuestamente democratizarla. Esta intención ambigua, por la connotación siempre torcida que le da la izquierda política, ha remecido a los involucrados. No solo hubo pronunciamientos desde la misma institución en contra del mandatario. También levantó la voz el Sindicato Unitario de Trabajadores en la Educación del Perú (SUTEP). Ambos adelantaron que el objetivo del inquilino es meter en el Consejo Directivo a su entorno de la Federación Nacional de Trabajadores en la Educación del Perú (Fenate Perú), que tendría en su núcleo a un sinnúmero de ex miembros de del Movadef, brazo político de Sendero Luminoso.
A puertas de su primer año de gestión, el inquilino de la casa de Pizarro se ha desenmascarado. Aparte de intentar amordazar a las fuentes de la prensa en casos de investigación penal —justo cuando afloran las presuntas irregularidades del mandatario—, ahora abusa de su licencia como jefe de Estado, esta vez para rediseñar el funcionamiento de la Derrama Magisterial. Es decir, se mete con una institución privada para cumplir un objetivo que arrastra desde cuando era sindicalista, desde cuando salía a las calles para marchar con el sector más radical del magisterio: el Fenate. Asimismo, el Ministerio de Educación podrá aprobar medidas complementarias o modificaciones de acuerdo a su prisma sobre lo que es mejor o no. Esto es un golpe artero contra el sector privado, pues atenta contra el funcionamiento de un directorio, inaudito en una economía libre.
La justificación que dio el mandatario fue que había una demanda del “maestro a nivel nacional”. Ese fue el único detalle que dio desde Cajamarca, en el marco de otro Consejo de Ministros Descentralizado.
Sutep, inmediatamente, dio sus descargos: “Medida desesperada. Ningún proyecto en el mismo sentido ha pasado por ser inconstitucional, pero otra vez el ocupante de Palacio insiste en su populismo y demagogia. Seguro quiere que las garras de sus prófugos Pacheco y Silva toquen los recursos de los maestros. ¡No pasarán!”.
Desde el sur, en Arequipa, también hubo careos en contra del mandatario por su atentado institucional. Hammer Villena, secretario regional del Sutep, señaló que el presidente quiere aplicar un manejo artesanal de la Derrama Magisterial. Rosana Reinoso, también secretaria general de la misma organización, pero en Tacna, señaló que el mandatario se quiere tirar abajo a la institución privada. Bajo esa misma línea, aprovechó a exhortarlo a que renuncie y a acusarlo por su “incapacidad” y por tener una “visión corta”. Parece que los “profes” tampoco lo quieren.
También salió a expresarse el mismo presidente de la Derrama Magisterial, Luis Espinoza. Además de considerar esta movida gubernamental como una norma inconstitucional, aseguró que “es una forma de apropiarse a la fuerza de todo lo que el magisterio ha construido”.
Este panorama para la institución privada es desalentador. No solo por esta incursión autoritaria del gobierno, sino también por tratar de colar a integrantes de Fenate, una organización del ala dura del magisterio vinculada a Sendero Luminoso. Incluso, su mismo secretario, Segundo Vásquez, considero a este último una organización política. ¿Un clan con ese concepto sobre ese grupo genocida puede tener poder en el país? Con Pedro Castillo sí y la ciudadanía se mantiene inactiva, ¿hasta cuándo?
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Fuente: CanalB
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