La presidenta Dina Boluarte anunció la construcción de un nuevo centro penitenciario en la isla El Frontón para albergar a más de dos mil reos de alta peligrosidad, con el fin de combatir el hacinamiento en las cárceles del país. Según el Gobierno, el proyecto ya cuenta con viabilidad técnica y ha sido evaluado por las entidades competentes, lo que permitiría avanzar con su ejecución en los próximos meses.

Sin embargo, la medida ha generado críticas desde distintos sectores. El alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, expresó su rechazo al alto costo que representaría esta obra, recordando que el penal de Ica aún no ha sido culminado. “Me parece carísimo, teniendo el de Ica por terminar. El problema lo tenemos ahora; tenemos que tener soluciones ya, no mañana”, declaró el burgomaestre.

Además de cuestionar la reapertura de El Frontón, López Aliaga planteó una alternativa distinta: la construcción de un penal en la selva peruana. Argumentó que existen grandes extensiones de terreno que podrían ser aprovechadas para establecer cárceles destinadas a criminales de alta peligrosidad, alejándolos de los centros urbanos.

En ese sentido, señaló que un entorno natural como la selva sería un cerco de contención más efectivo. “En la selva tenemos un montón de espacio, para que personas como el cabecilla de El Tren de Aragua, esta gente maldita que ha venido a matar a los peruanos, estén alejados. Una zona en la que no podrán salir; el mejor cerco es la selva”, sostuvo.

La discusión sobre El Frontón abre un debate sobre la gestión de los recursos y la priorización de proyectos penitenciarios en el país. Mientras el Ejecutivo defiende su plan como una solución al hacinamiento carcelario, el alcalde de Lima plantea alternativas que considera más viables y de menor costo, resaltando la urgencia de atender la crisis de seguridad con medidas inmediatas.