El vicealmirante en retiro de la Marina, Pancho Calisto Giampietri, criticó duramente la posibilidad de reabrir el penal de la Isla del Frontón. Señaló que la medida suena bien en el discurso, pero que en la práctica significaría una nueva carga para la Marina, que tendría que encargarse del abastecimiento de agua, combustible y el mantenimiento de la infraestructura.

Según explicó, en caso de fallas en los equipos eléctricos o en la limitada flota disponible para el traslado de personal y familiares de internos, nuevamente se recurriría a la Marina para solucionar los problemas. Advirtió que incluso los relevos de la Policía Nacional podrían terminar dependiendo de los recursos militares, lo que considera una carga indebida para esa institución.

Calisto recordó que en el pasado, cuando los internos se amotinaron, fueron los marinos quienes debieron intervenir, asumiendo luego procesos judiciales que se extendieron por décadas. Por ello, sostuvo que no se trata de una hipótesis, sino de un escenario que ya vivieron y que no debería repetirse.

El exoficial cuestionó que, tras casi tres años de gestión, el Ejecutivo no haya podido culminar el penal de Ica ni avanzar en la construcción de nuevas cárceles, ni siquiera en la elaboración de planos. En ese sentido, criticó que se pretenda impulsar la reapertura del Frontón a menos de un año de concluir el actual gobierno.

A su juicio, la propuesta responde más a una medida populista que a una verdadera solución al problema penitenciario. Recalcó que los militares no son carceleros y que siempre terminan corrigiendo las deficiencias de quienes, dijo, gobiernan desde los escritorios sin contacto con la realidad.

Finalmente, Calisto Giampietri exhortó a las autoridades a tomar conciencia de las consecuencias que tendría insistir en ese proyecto. Enfatizó que no se trata solo de un asunto logístico, sino también de la seguridad y la vida de quienes serían llamados a ejecutar decisiones que considera desconectadas de la realidad.