Por Fabiola Morales Castillo, publicado en Expreso

En el marco de lo que corresponde y de acuerdo a la ley de descentralización, el alcalde de Lima Metropolitana, está facultado desde el 2003 para asumir competencias sectoriales; sin embargo, recién con la gestión de Rafael López Aliaga, se iniciará este proceso primero con Educación y después, con Salud.

Considerando que Lima tiene la tercera parte de la población de todo el país, el reto es complejo y ambicioso; pero López Aliaga tiene experiencia en la gestión de colegios de calidad para familias de clase media y promueve “colegios de alternancia” para los hijos de campesinos que se adaptan a las necesidades del ámbito rural.

La descentralización de la Educación en Lima, es una oportunidad para que esta gestión, mejore la situación en que se encuentran los locales escolares y construya nuevos de acuerdo a los mejores estándares internacionales; dotándolos de “tables” y conexión a internet, herramientas pedagógicas indispensables en la educación actual.

Los llamados “colegios emblemáticos” son un ejemplo de lo que se puede lograr en la educación, pero esta experiencia se debe extender a todos, para que más padres de familia puedan optar por un buen colegio público que compita con cualquier colegio privado, como lo fueron en su día las grandes Unidades Escolares.

La actualización continua de los gestores de colegios y los docentes es clave para la sustancial mejora de la educación; por tanto, es necesario dedicar parte de su tiempo para profesionalizarlos, cada vez más, y motivar su vocación docente, bajo el paraguas de un sistema de méritos que premie su esfuerzo y entrega.

Es necesario, asimismo, recuperar la educación integral que tiene como objetivo, la formación en valores humanísticos de respeto a la dignidad de la persona en una “sociedad del espectáculo” que tiende al individualismo y a la extrema competitividad por alcanzar el mérito de los bienes superfluos y banales o de la pura satisfacción de una adrenalina al máximo.

Países como la India, están gestionando el uso del teléfono móvil que, con sus contenidos, desconectan a los estudiantes de su entorno real, los desconcentra y los empuja a una vida de ambiciones descontroladas. Los colegios, preparan a los padres para que desintoxiquen a sus hijos, con “ayunos intermitentes” de acceso a celulares y “tables”; los padres líderes, realizan visitas de supervisión a otras familias para que los ayunos se cumplan.

Las nuevas generaciones vivirán, cada vez más, en un mundo que es una “aldea global”, donde el respeto a la identidad propia y del otro, será la clave del entendimiento. La enseñanza de otros idiomas, como el inglés, les facilitará la convivencia y el acceso a contenidos filosóficos y científicos de calidad. Los alumnos de los colegios públicos, deben dominar, al menos otro idioma.

El avance de las tecnologías, sobre todo en el campo de la robótica, es también un reto para el que se debe preparar a los alumnos a fin de advertir que el “transhumanismo” pretende minimizar a la persona en favor de la máquina, cuando la persona es la protagonista de su propio destino.

Una educación que ha tendido a centrarse en “ideologías de odio” o en “la ideología de género” nos ha retrasado tanto que, seguimos siendo los últimos en las pruebas PISA que mide la calidad del aprendizaje en Lectura, Matemática, Ciencia, Educación financiera y Resolución de problemas colaborativos.

La descentralización de la Educación en Lima, es una oportunidad para ayudar a mejorar a las generaciones que tendrán en sus manos la construcción de una cultura de paz.

(*) Ex Congresista de la República