Gustavo Adrianzén dejó el cargo de presidente del Consejo de Ministros en una movida que tomó por sorpresa a buena parte del escenario político. El retiro de Adrianzén se dio apenas horas después de que se concretara una recomposición del gabinete en Palacio de Gobierno, marcando una nueva etapa de incertidumbre en el Ejecutivo liderado por Dina Boluarte.

El alejamiento del premier se produce en medio de crecientes tensiones entre el Legislativo y el Ejecutivo, agudizadas por las mociones de censura que el Congreso tenía previsto votar esta misma semana. Entre ellas figuraba la dirigida al propio Adrianzén, por cuestionamientos relacionados a su conducción del gabinete y la falta de liderazgo ante decisiones impopulares.

Aunque para muchos la renuncia resultó sorpresiva, durante la mañana ya circulaban versiones sobre un posible relevo, alimentadas por el reciente reacomodo ministerial y el rechazo político a varias figuras del gabinete. Las bancada de Fuerza Popular y Renovación Popular fueron unas de las más activas en pedir su salida, lo que finalmente se materializó con la renuncia formal.

La dimisión de Gustavo Adrianzén no solo deja un vacío en la Presidencia del Consejo de Ministros, sino que también refleja el nivel de inestabilidad que atraviesa el gobierno de Dina Boluarte. A las constantes crisis políticas se suma ahora la necesidad urgente de recomponer un equipo ministerial capaz de resistir las presiones del Congreso y responder con eficacia en un escenario cada vez más frágil.