Por Carlos E. Gálvez Pinillos, expresidente de la SNMPE
Cuando una región, zona o instalación, presenta fallas crónicas y permanentes, no queda más remedio que:
Eso es lo que podemos observar en el Cusco. Machu Picchu, que fuera elegida como una de las maravillas modernas del mundo, con la idea de que podría ser puesta en valor, llevándola a un nivel de excelencia de los servicios turísticos más reconocidos y exclusivos del mundo, falló.
Sus deficiencias y fallas continuas son múltiples.
Esta maravilla arqueológica, está enclavada en un departamento que no se ha preparado para gestionar tan importante recurso.
Las fallas se inician en la actitud del poblador, las protestas permanentes e interrupción de servicios de transporte entre el aeropuerto y la ciudad.
La gran incertidumbre creada en la buena marcha y administración del Hotel Santuario, debido a los conflictos del gobierno regional con la administración actual, sin asegurar un permanente servicio de alta calidad.
Los constantes atentados contra el ferrocarril, bloqueos y destrucción de la vía férrea.
La ausencia de un sistema integral de venta de tickets electrónicos para Machu Picchu, sin maltrato al turista, ni imposición de días de permanencia en Aguas Calientes (que ahora pretenden llamar Machu Picchu pueblo), por venta de tickets físicos.
La gente del Cusco, no ha sido educada para ser la cara visible del Perú ante el turismo mundial. No entienden, que todos los peruanos hicimos causa común, para lograr la elección de Machu Picchu como una de las siete maravillas modernas del mundo, delegándoles de esta manera la responsabilidad de atraer más y más turistas a nuestro país.
No comprenden que no son solamente cusqueños, sino que son peruanos y que debemos, entre todos, hacer un gran equipo, pues de su hospitalidad y generación de experiencias turísticas de nivel superior, depende la decisión de los turistas del mundo, de extender esa experiencia en otros destinos turísticos del Perú; Playas en el norte, Choquequirao, Colca, Kuelap, Puno, Lambayeque, Tarapoto, Iquitos y Lima, y repetirla.
Ya hemos dicho, que somos el único país de Latinoamérica que no ha remontado siquiera los niveles de visitas turísticas pre-pandemia, estando aún al 75% de ese nivel, después de cinco años. Eso no es casualidad, eso viene ligado a varios factores en constante deterioro:
Estos tres factores disuaden de visitar nuestro país, prolongan innecesariamente la estadía y, además, la encarecen.
Mientras que España recibe más de 1.95 turistas por habitante, en el Perú sólo recibimos 0.1 turistas por habitante.
Esto significa que, bien podríamos multiplicar por 20 el número de visitantes. Lo dicho implicaría, idealmente, hacer crecer el PBI del turismo, de US$8.7 mil millones al año a US$174.0 mil millones.
Los peruanos, ciudadanos y Estado, debemos trabajar por duplicar de inmediato el PBI turístico, para que, en un horizonte que no debe exceder el 2027, recibamos 7 millones de turistas y alcancemos un PBI turístico de US$17 mil millones.
Las estrategias básicas pasan por:
Si tenemos un sector absolutamente infrautilizado, es el turismo. Pequeños esfuerzos y mejoras, brindarán grandes resultados, impacto económico colectivo y gran satisfacción.
¡Nuestro despegue se debe iniciar con el manejo eficiente de nuestros recursos turísticos, y el principal es nuestra gente!
Fuente: CanalB
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