La ciudad de Puno ha experimentado una fuerte disminución en el empleo debido a las protestas sociales ocurridas a principios de año. Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), la población ocupada en la ciudad durante el primer trimestre de 2023 se redujo en un 15.6% en comparación con el mismo período del año anterior, alcanzando 59,200 personas empleadas.

Esto ha llevado a que la tasa de desempleo en la ciudad se eleve al 15.3%, un aumento de 7.7 puntos porcentuales respecto al año anterior.

El INEI también reveló que en el período de abril 2022 a marzo 2023, el 65.5% de la población ocupada en Puno tenía empleo informal, lo que implica una relación laboral sin cumplir con la legislación nacional, pago de impuestos, protección social ni prestaciones laborales.

El analista político Iván Arenas destacó que el turismo y el comercio, que son fuentes importantes de empleo y economía en Puno, fueron particularmente afectados por las protestas. Aunque la reactivación económica es crucial para la zona, las movilizaciones masivas podrían tener un impacto negativo en la inversión y la dinámica económica.

A nivel nacional, el empleo también ha sufrido una caída del 0.3% en comparación con el primer trimestre del año anterior, con el sector de la construcción registrando el mayor retroceso con un 8.1%.

El ministro de Trabajo y Promoción del Empleo, Fernando Varela, reconoció que la informalidad laboral afecta al 76.8% de los trabajadores y anunció un plan multisectorial para abordar este problema, incluyendo un aumento en el número de inspectores para luchar contra la informalidad.