Como si los terroristas de Hamás no fueran lo suficientemente monstruosos, sus líderes les dieron bolsas de Captagon, un estimulante sintético de tipo anfetamina conocido en el mercado de drogas árabe como “Abu al-Hilalain” y que se consume como un caramelo para resistir en la batalla y promover sentimientos de ira, irritabilidad e impaciencia que alientan a los terroristas a asesinar y torturar a sus víctimas.
Conocida genéricamente como fenetilina, se trafica a través de Turquía hacia Oriente Medio. Según las autoridades de Arabia Saudita, Kuwait y Qatar, el uso de fenetilina prevalece entre sus ciudadanos más jóvenes y adinerados. Captagon, utilizado en Arabia Saudita desde finales de los años 1980, es una de las drogas de abuso más populares entre las poblaciones jóvenes y ricas de los países árabes, donde los estudiantes lo utilizan para mantenerse alejados antes de los exámenes finales o las mujeres lo utilizan como agente anoréxico para perder peso.
El profesor Rami Yaka, director de la Facultad de Farmacia de la Facultad de Medicina de la Universidad Hebrea, e investigador sobre adicciones, dijo a The Jerusalem Post que las anfetaminas, como estimulantes, son más fuertes y potentes que los opiáceos. “Quienes los toman se sienten el rey del mundo, sin inhibiciones.
Los opiáceos hacen que los consumidores se sientan más eufóricos y violentos, pero su motivación para hacer el mal es menor que la causada por las anfetaminas”. Añadió que el dictador nazi Adolfo Hitler, cuyas directivas ahora han sido adoptadas por Hamás, consumía regularmente un “cóctel” de anfetaminas y opiáceos.
Fuente: CanalB
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