Los ciudadanos que tienen sus negocios en las cercanías del Centro Histórico de Lima estarían siendo obligados a cerrar de manera inminente por las restricciones al libre tránsito que se han impuesto en la zona.

A la fecha son más de treinta rejas de la Policía Nacional del Perú además de las restricciones vehiculares por obras las que afectan calles y jirones como Conde de Superunda, Callao, Camaná, Áncash, Junín, Huallaga, Santa Rosa, jirón de la Unión, entre otros.

El cierre casi diario de la Plaza de Armas a partir de las manifestaciones que derivaron de las elecciones presidenciales, está impidiendo que los pequeños comerciantes no puedan generar ingresos para sus hogares, llevándolos por el camino de la quiebra.

Para congresistas como Susel Paredes, las rejas significan miedo, miedo que en un gobernante le hace mucho daño al país en su conjunto.

El responsable directo de esta situación sería el jefe de la Casa Militar encargado de la seguridad de Palacio de Gobierno, quien actúa por órdenes de Pedro Castillo.