Por Martha Meier M.Q., publicado en Expreso
Hace unos días, Juliana Oxenford apareció inquieta en su programa por no saber dónde estaba el alcalde de Lima, Rafael López Aliaga. “De repente está enfermo y no nos hemos enterado”, como si quisiera llevarle una sopita de pollo. Ya pues. No había que ser adivina para intuir que el hombre estaba tratando de resolver el robo de los peajes de Susana Villarán.
López Aliaga dijo que el 29 de julio ponía fin al contrato entre el municipio y el operador de un peaje carísimo, con un margen de ganancia mayor que el del narcotráfico y que afecta a los menos favorecidos. “Porky” puso fecha límite, pero el asunto resultó más complicado.
Su mensaje de ayer cayó bien a tirios y troyanos, menos a los caviares de la chalina verde, que con el cuento de construir ciudadanía y demás abstracciones, se dedicaron a que su Reina Madre Susana I de Lima (y Nunca Más), se hiciera millonaria pidiendo coima tras coima y ellos sus zánganos, ocupasen puestos con sueldos estratosféricos complementados con un diluvio de consultorías. “En ciertos momentos osan llamar ideales a sus apetitos, como si la urgencia de satisfacciones pudiera confundirse con el afán de perfecciones infinitas. Los apetitos se sacian; los ideales nunca”, escribió José Ingenieros en el ‘Hombre Mediocre’, un libro que pese a su antigüedad parece inspirado en estos caviaritos que “Tragan sin digerir, hasta el empacho mental: ignoran que el hombre no vive de lo que engulle, sino de lo que asimila”. Y estos pillos de Lima no asimilan ni aprenden de sus errores. Sus odios los consumen y los llevan a perder trabajos, reputación, oportunidades y a tener que aplaudirse entre ellos y ahora a esconder las cabezas como avestruces.
Ayer reapareció “Porky”. Explicó que se pasó las últimas semanas negociando con las empresas vinculadas a los peajes. Criticó duramente a las brasileñas Odebrecht y OAS. Explicó que la presencia de Odebrecht desmotiva a “constructoras serias de Inglaterra, Estados Unidos, Alemania y Japón a venir al Perú por eso. Me lo han dicho: ‘Perú es la chacra de Odebrecht. No vamos a concursar, porque hay un delincuente ahí metido”.
En el programa de Pancho de Piérola, en Canal N, López Aliaga dijo que pensó que llegaría a una solución hoy, fecha límite de la negociación y que hizo “una propuesta económica, creo que suficiente para pagarle una compensación para que se largue del país”, refiriéndose al fondo Brookfield (antes fondo Brascan, es decir Brasil-Canadá) accionista principal de la concesionaria”. Brookfield es un Fondo que los fiscales estrellas no investigaron, como tampoco la ruta de los más de once millones de dólares que le entregaron a Villarán, OAS, Odebrecht y Graña y Montero.
La Municipalidad de Lima llegará hasta las últimas consecuencias para liberar a la ciudad de este hurto continuo, cada vez que un auto debe pagar ese maldito peaje. ¿Y Villarán? Cri-cri-cri.
Fuente: CanalB
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