El sector turismo, de los más afectados por la pandemia del COVID-19, ha sido duramente golpeado una vez más, en esta ocasión con el paro de 48 horas de los gremios sociales cusqueños.

Luego de los derrumbes en la fortaleza de Kuélap, la crisis de los pasaportes por responsabilidad de Migraciones y la huelga de los controladores aéreos, las medidas de protesta en el principal destino turístico peruano habrían ocasionado la pérdida de 100 millones de soles.

Y los que más sufren las pérdidas económicas son las micro y pequeñas empresas, las cuales representan hasta un 95 % de los comercios asociados, entre empresas turísticas propiamente dichas, empresas de transporte, hoteles, restaurantes, entre otros.

El diálogo con el primer ministro Aníbal Torres no hizo que se levante la protesta, que ocasionó que más de cuatro mil turistas extranjeros suspendan sus viajes y quienes ya se encontraban en la región vivieran momentos de incertidumbre; en este aspecto, la Policía Nacional tuvo que ayudar a trasladar a más de 600 turistas desde el aeropuerto.