El presidente de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, Kevin McCarthy, ha anunciado el inicio de una investigación para determinar si el presidente Joe Biden se benefició de los negocios de su hijo, Hunter Biden.

McCarthy justificó esta decisión alegando posible abuso de poder, obstrucción y corrupción relacionadas con las actividades de Hunter Biden, quien enfrenta posibles cargos por no pagar impuestos y poseer un arma de fuego sin licencia.

Un posible impeachment podría ayudar a preservar el cargo de McCarthy. McCarthy enfrenta una fuerte presión de la facción más conservadora de su partido, que se opone firmemente a Biden.

Si McCarthy no inicia al menos la investigación contra el presidente, es probable que esta facción busque su destitución, lo que podría llevar a la Cámara de Representantes a un nuevo período de caos, similar al ocurrido en enero cuando McCarthy tuvo que pasar por 15 votaciones para obtener su cargo debido a la oposición de los ultraconservadores de su propio partido.

McCarthy ha tomado la inusual decisión de ordenar la investigación de Biden sin someterla primero a la votación del pleno de la Cámara, ya que el ala centrista del Partido Republicano se opone al impeachment, argumentando que no existen motivos para llevarlo a cabo.

La investigación será realizada por tres comités, todos controlados por miembros del Caucus de la Libertad, la facción ultraconservadora del Partido Republicano.

Sin embargo, si la Cámara avanza con un proceso de impeachment, no está claro si tendría éxito. La mayoría republicana es muy estrecha, con solo cinco escaños de diferencia en una Cámara con 434 representantes. Además, algunos congresistas republicanos podrían votar en contra.

En caso de que el impeachment fuera aprobado, pasaría al Senado, donde los demócratas tienen mayoría y varios senadores republicanos, incluido el líder Mitch McConnell, se oponen al impeachment.